Mademoiselle Why Artwork

viernes, abril 29, 2016

Ay, los astros...

Muchas veces no somos capaces de valorar lo que tenemos hasta que lo perdemos. Estamos tan acostumbrados a determinadas cosas que no nos planteamos su importancia. Creía que era imposible, así que cuando me quedé sin conexión de Internet entré en estado de shock. Para variar los astros se habían alineado para darme por culo y la compañía de teléfono había decidido darnos de baja del servicio sin ninguna razón. 

"Debe haber sido un fallo informático"
Así padezcáis todos de almorranas, desgraciados.

Lo primero que hice fue cagarme en todos sus muertos en cinco idiomas diferentes (castellano, catalán, inglés y otros dos más gracias al traductor de Google). Sé que es feo y que sus difuntos no tienen la culpa, pero ¿y lo que desahoga cagarse en alguien que no se va a quejar? Ya que no me podía conectar tendría un colon impoluto

Tuve una vida intestinal muy activa durante un mes, hasta que nos cansamos de que nos tomaran el pelo y decidimos cambiar de compañía telefónica. Fue entonces cuando mi padre decidió poner el módem en un lugar distinto sin cables pasados a las habitaciones "porquesí, porqueestoyinspirao", dejándome sin Internet en el PC igualmente. Como a mis muertos les respeto un poco más y está mal lanzar heces a tu propio padre, se inició una dura disputa entre su solución complicavidas "lo haré cuando quiera" (que en el idioma de mi padre significa "nunca") y mi propuesta fácil, limpia y rápida. Es decir, prefería perder la cordura pasando un cable ethernet por la antena del salón a la otra punta de la casa a montar una red PLC ocupando dos tristes enchufes. Podría haberle ignorado y hacerlo yo, pero preferí esperar pacientemente ante la expectativa de canturrear un "te lo dije" con toda mi mala leche hecha melodía.

Dos meses después intentó pasar el cable y, tras treinta segundos de insistencia, tuvo la brillante la idea de montar una red PLC a través de la línea eléctrica.

"Se me ha ocurrido una idea genial que no habíamos pensado, ¿y si montamos una red PLC?

"Que-no-habíamos-pensado".
Si no tuviera horchata en vez de sangre te estrangularía papi. :3

En resumen: con la tontería me he pasado tres meses sin Internet en el PC, con una conexión wifi infernal y consumiendo los datos del móvil hasta que el cargar cualquier web ponía a prueba mis ganas de seguir viviendo. Ha sido como hibernar y volver en primavera.

Y dicho esto, es probable que mañana me explote el ordenador.



miércoles, enero 27, 2016

Estrategias de supervivencia

Los que me conocen en persona saben que esto de vivir se me da un poco mal. Hay gente que nace con una estrella en el culo y personas que, como yo, nacieron con un cartucho de TNT a puntito de explotar introducido en lo más profundo de su recto. La cuestión es que la suerte no es lo mío y toda mi fortuna se reduce al día que gané un vídeo de un documental de elefantes en un sorteo del colegio cuando yo quería el de osos.

Mi vida en general suele ser estable durante largos períodos de tiempo, incluso a veces tengo alegrías, pero cuando mi suerte decide hacer presencia lo hace de forma inesperada y brutal, sin lubricante o vaselina, y se manifiesta en forma de bofetada con carrerilla y a mano plana. La hostia no me mata, pero me deja totalmente desconcertada y con la cara como el culo de un mandril.

Resumen de cómo me trata la vida en general

Ante esta trayectoria vital tan "satisfactoria" lo único que puedo hacer es elaborar estrategias de supervivencia psicológica que me permitan asumir cualquier agresión de la vida y seguir adelante. Mi abanico personal abarca desde volverme tan sensible como una piedra hasta entrar en el más puro estado dramaqueen, lo que incluye rasgarme las vestiduras y gritar "putah bidah" en un acantilado mientras se aproxima una tormenta con la esperanza de que me parta un rayo de una vez. Por desgracia, en coherencia con mi suerte, estamos en pleno fenómeno de "El niño" y en Mallorca sufrimos una grave sequía, por lo que me veo obligada a situarme en un estadio intermedio: tomármelo con humor mientras me tomo unas cañas en alguna terracita de bar.

Tomarse la vida con humor no es fácil, implica ser capaz de ver la absurdez que te hace esbozar una sonrisa dentro de un montón de mierda, pero te ayuda a adoptar una perspectiva en la que la longitud de tus venas no te parece tan excesiva y en la que tus amigos no decidan sacrificarte por tu bien. A veces puedes parecer un cínico insensible y ofensivo, pero lo importante es que consigas divertirte dentro de tu desgracia le pese a quién le pese. 

En esta ocasión, aún siendo consciente de que no soy nada graciosa, he decidido plasmar todas las ideas tontas que me hacen reír en breves tiras cómicas. Sólo espero llegar a poder plasmar las situaciones surrealistas que estoy viviendo en mi regreso al hogar paterno sin acabar viviendo bajo un puente.




lunes, enero 25, 2016

¡Webcomics!

Las redes sociales sirven para muchas cosas: nos permiten estar en contacto con los que queremos, cotillear la vida de conocidos cuya existencia nos importa una mierda, fingir que tenemos una vida interesante (e incluso creérnoslo) y subir nuestra maltrecha autoestima a base de likes. Sin embargo, la aportación más interesante de las redes ha sido la creación de un nuevo mundo de marketing on-line. La presencia en las redes es fundamental para cualquier empresa o humano que quiera vender un producto.

El auge del mundo del webcomic gracias a las redes sociales es más que evidente. Muchos nuevos autores han visto en ellas la herramienta perfecta para darse a conocer e introducirse en el complicadísimo mundo del cómic con la esperanza de encontrar alguna editorial interesada o llegar a autoeditar su obra. Implica mucho trabajo y constancia en busca de un beneficio a largo plazo: destacar y conseguir un público dispuesto. 

(En el pleistoceno lo intenté... en Paint, a lo loco.)

Ventajas de leer webcomics

  • Descubrirás verdaderas obras de arte de autores totalmente desconocidos y hacer recomendaciones interesantes.
Asúmelo, ya no eres especial por leer cómics, todos lo hacen. Ahora Batman es demasiado mainstream y necesitas diferenciarte de alguna forma, necesitas erigirte como un verdadero hipster del cómic. ¡Alardea de conocer la obra de grandes artistas antes de que puedan vivir de ello!

Luego ya podrás menospreciarlos por haberse vuelto demasiado "comerciales", no pierdas el espíritu.

  • Apoyarás a los nuevos autores que intentan hacerse un hueco en este mundillo.
Seamos realistas, para abrirse camino en este mundo se debe tener suerte, perseverancia y paciencia infinita. Los autores de webcomic dedican muchísimas horas en hacer sus trabajos, subirlos a Internet, promocionarse e ignorar a una infinitud de trolls dispuestos a destrozar su ego por el mero placer de verles llorar. Es un un trabajo agotador y frustrante que puede acabar desquiciando a cualquiera, por lo que el apoyo de los lectores es esencial para evitar que se corten las venas con una plumilla.

(El triste momento en el que conseguí un escáner y perdí mi dignidad definitivamente)

Recuerda: son almas cándidas que de vez en cuando necesitan un abrazo.

  • Puedes interactuar fácilmente con ellos.
Normalmente publican en lugares en los que se puede comentar y participan de forma activa en las redes sociales, por lo que es muy fácil comunicarse con ellos. Además, si se intentan autoeditar podrás conocerles presencialmente en salones del cómic, ya que se ven obligados a viajar de un lado a otro para vender su obra en stands.

  • Ser pobre ya no es un impedimento.
No hace falta que caigas en la prostitución para financiar tus lecturas porque puedes acceder a su trabajo sin tener que pagar. Eso sí, recuerda compartir su obra para que encuentren nuevos lectores y comprar sus cómics cuando consigan publicar y puedas pagarlo.


¿Cómo puedo encontrar webcomics?


Muchos autores tienen su propia página web y comparten sus tiras por facebook, pero lo más fácil para conocer nuevos autores sin necesitar de la recomendación de terceras personas es acceder a determinadas páginas web dedicadas específicamente a este mundillo, las que utilizo yo son:
  • Subcultura: una plataforma de publicación de webcomics en español en la que puedes buscar por géneros y seguir las series que más te interesen. En su página principal puedes ver las tiras publicadas recientemente y las destacadas por su popularidad.

  • WEE: listado RSS de webcomics de la Asociación de Webcomics de Habla Hispana que te permitirá acceder a las páginas web de los autores y leer sus últimas tiras publicadas.


  • Tapastic: es una plataforma de publicación de habla inglesa en la que he podido ver verdaderas obras de arte. Permite buscar por géneros, hace recomendaciones diarias, te notifica de las nuevas publicaciones de los cómics que sigues y tiene un sistema que te permite patrocinar económicamente a autores si así lo deseas. Tiene una aplicación para tablet muy cómoda e intuitiva. 

domingo, abril 05, 2015

Nada importa

Hoy quería escribir un post y en el proceso he descubierto que colecciono bolis sin tinta. Es inconsciente, un instinto primario e irrefrenable que me obliga a sacar un arsenal de bolígrafos estériles y probarlos uno a uno hasta que la frustración me deja al borde de la demencia. Es en ese preciso instante (el momento en el que parece que todo está perdido y la extinción de la humanidad es irremediable) cuando, iluminado por luz divina y con banda sonora celestial, aparece El Elegido, el único que funciona de toda la casa.

Cegada por la fluidez de su tinta, me inunda un éxtasis orgásmico que me eleva hacia un plano superior, hasta alcanzar el Nirvana, la Gloria celestial y el Paraíso de forma simultánea. Me olvido de todo: del odio, del post y de mi propia existencia. Hago círculos sobre el papel impoluto, me deleito del azul que brota por su punta siguiendo con obediencia mis trazos sinsentido. Lo observo con un hilillo de baba cayendo por la comisura de mis labios. No sé para qué coño quería el boli, pero ya nada importa: soy feliz.

lunes, marzo 17, 2014

Perdiendo territorios

La independencia de verdad (de la buena) comienza el día en el que instalas tu ordenador en tu nuevo hogar. Es la línea divisoria entre el ir a ver a tu familia para visitar a tu PC y el hacerlo con la intención sincera de verla. Amamos a nuestra estirpe, pero somos unos yonkis de la tecnología.

Como los de mi generación tenemos el hogar allá donde está nuestro disco duro, hace poco más de una semana que me puedo considerar totalmente instalada. Sí, me quedan unos doscientos viajes de trastos y a veces me preocupa no saber en qué bolsa de ropa estarán mis próximas bragas limpias... o si las habrá... pero lo importante ya está: tengo ordenador e Internet. ¿Qué más puedo pedir? Trabajo, dinero, unicornios... 

Mi padre tomó consciencia de que realmente me independizaba el día que me llevé el ordenador. Le resultó tan duro que, si no llevara el look de Bruce Willis (calvo-pero-megamolón), seguro que se hubiera arrancado la melena del dolor. Quince minutos después había superado el trauma y okupado (con k) mi habitación con el proyecto de un estudio fotográfico en mente. Ahí se acaba la sensibilidad paterna, cuando se dan cuenta que tienen un espacio nuevo para hacer algo que siempre habían querido.

- Cariño, este siempre será tu cuarto. Lo sabes, ¿no? - Me recordó mientras orinaba en las esquinas.

Y aunque si me van mal las cosas me veo combatiendo a muerte para recuperar mi territorio... me hace feliz pensar que aprovechará el espacio que dejo vacío para algo que realmente le gusta.

Bah, soy cursi. Tiradme piedras.

Pd.: Foto tomada de una tienda que había cerca de mi ex-casa... ¡un Wall-E!

jueves, marzo 06, 2014

Candy Japan

En los últimos años se han ido popularizando los negocios que se basan en suscripciones (más o menos económicas) en las que te envían cajas con muestras o productos "sorpresa" para probarlos. Aunque hasta hace poco la mayoría se centraban en productos de cosmética o cuidado personal, el éxito del modelo ha supuesto su adopción en otros sectores de productos. 

Que comercial me ha quedado la introducción, por Dior.

Hace un mes mi costillo se suscribió a Candy Japan, consiguiendo que por un sablazo mensual (25$) un buen señor le envíe desde Japón dos paquetitos con dulces de allí que, aunque no sean típicos, aquí es imposible encontrar. Caramelos, chocolatinas, chicles... ¡Puede venir cualquier cosa! 

Hoy, al fin, ha llegado nuestro primer paquete: una alegría/decepción.


Orangette (meiji): son unas bolitas de chocolate negro rellenas de naranja con un sabor muy similar al de las tabletas de Lindt. No negaré que está bueno, pero no vale la pena pagar 25$ y esperar más de media hora en Correos para degustar algo que sabe exactamente igual que algo que puedo comprar en el supermercado de debajo de mi casa. 

Nombre del producto indescifrable: unos caramelos rosas, muy cursi-adorables, que prometen hacerte sentir chachipiruli con la esencia de la rosa. La parte exterior es dura y dulce, la interior blanda y con un matiz ácido. El aroma a rosa bien, pero sabe demasiado a veneno. Tiene un sabor a flor tan potente que da escalofríos, es como chupetear un ambientador de coche. 
Lo único bueno es que te deja un aliento maravilloso, como si te hubieras puesto perfume en las amígdalas. Todo glamour.

¿Vale la pena?
Desde un principio la suscripción me pareció muy cara, especialmente conociendo páginas web que venden y te envían productos japoneses a un precio mucho más asequible y que puedo escoger según mis gustos (¡muerte al limón, a la cola y al regaliz!). El primer paquete me ha permitido probar algo muy inusual que de otra forma nunca me habría metido en la boca, sin embargo, el hecho de que me haya dado un asco infinito y que el otro producto tenga un sabor tan común en España tira para atrás... así que por ahora opino que no. Esperemos que el siguiente envío me haga cambiar de parecer.

Pd.: No creo que me dedique a hacer reviews, lo comento simplemente porque me ha hecho ilusión la llegada del paquete. Si os interesa el tema ya explicaré lo que viene en el siguiente y si seguimos suscritos o no.

martes, marzo 04, 2014

Empaquetando recuerdos

La señal es el momento en el que no cabes en tu habitación. Ese instante en el que la falta de espacio hace del orden una utopía inalcanzable: estanterías a rebosar, objetos nómadas cama-escritorio y otros sin ubicación definida en movimiento perpetuo. Sabes que es la hora de abandonar el nido


Aunque hace ya tiempo que me llegó el momento, por diversas circunstancias no es hasta ahora que dejo de desesperar a mi costillo e inicio una nueva vida con él con la ilusión de despertar a su lado cada día y poder gozar de su extrema, exagerada e injustificada mala leche excelente humor matutino. Ha llegado el momento de dejar de vivir en dos casas y hacerlo solo en una.

Dejando la cursi-repelencia aparte, lo primero que asumes cuando te mudas es que tu problema no era de espacio, era mental. Todo parece muy útil cuando lo vas acumulando poco a poco en casa de tus padres, pero en el momento de empaquetarlo y subirlo cuatro pisos sin ascensor te preguntas qué es lo que te llevó a desarrollar el síndrome de Diógenes. Te encuentras frente veintimuchos años de conservación de objetos inútiles bajo la etiqueta de "recuerdos" que, sinceramente, en la actualidad te la traen absolutamente al pairo. Lo que antes definía como "romanticismo" ahora lo llamo "taradura mental" y esfuerzo innecesario, por lo que mi concepto de prescindible se ha está desarrollando y dilatando vastamente. ¿De qué me sirve guardar los VHS de mi infancia si no tengo ni un triste vídeo para reproducirlos? Es más, si lo tuviera también lo tiraría.  

Es hora de empezar a de decidir qué es lo que se viene y qué es lo que se va... ¿qué es necesario y qué no?